Spotify ó como aprendí a odiar la música.
S i algo detesto en cualquiera de las facetas de la cultura, es el mercantilismo. No sería capaz de volver a escuchar Radio 3 si durante un "F lor de pasión " mi queridísimo Juan de Pablos es interrumpido por una masculina voz incitando a comprar ponche de caballeros, pongamos el caso. Por el mismo motivo, no soy capaz de ver una película en una cadena de televisión que ponga anuncios. Me parece una enorme falta de respeto para mí y para el director, y el elenco de personas que hicieron posible la obra el romper el ambiente creado para distraer al espectador con cantos de sirena. Pensé que no habría nada más tormentoso que asistir a como un Humprie Bogart en escala de grises era interrumpido por un colorista Cloonie anunciando cargas de café instantáneo , pero me equivocaba, la respuesta es: En primer lugar, si queremos probar este, llamémosle gestor de música en algún dispositivo que no sea un teléfono móvil, deberemos ser usuarios de sistemas operativos Win dows (r) ...