Lectores electrónicos
 
   E l placer de coger un libro entre las manos, el deleite de su olor y su densidad, la textura de sus páginas, sus tapas y sobrecubiertas será algo que jamás podrá ser sustituido por nada.   El afán de coleccionismo y la satisfacción de ver como la biblioteca personal de cada uno va creciendo con el tiempo es algo que acompaña a la ubicación de los contenidos de cada libro en alguna parte de nuestro cerebro.   Sin la pretensión de buscar un sucedáneo a las páginas de papel y tan sólo con la intención de poder aprovechar al máximo las situaciones en que por falta de luz me veo obligado a prescindir de la lectura, surge en mí la necesidad de adquirir un lector de libros electrónicos.   A los pocos días de tenerlo en casa, por el momento lo único que le encuentro al aparato son ventajas.  Elegí este modelo principalmente por tener una pantalla retroiluminada que nos permite leer sin tener ninguna otra fuente de luz. Parece ser que esta caracte...