Futbolín
 D el mismo modo que aborrezco el football , su versión a escala reducida, me encanta. Cuantas horas agarrado al manillar de las barras donde descubrí por primera vez lo que era tener callos en las manos.   Técnica, destreza y sobre todo zorrería son ingredientes indispensables para un buen juego. Las normas, sencillas; meter la bola en la portería contraria y en caso de perder la partida, pagar o ceder el puesto a nuevos rivales.  ¡Ah ! y en caso de derrota por goleada absoluta (quedar a cero), pasar arrastrando el cuerpo por debajo del futbolín . O hacer un "santo" en la nieve en tiempo de invierno.   Cada territorio tiene sus pequeñas normas. Podías ser un experto portero/defensa en tu barrio, irte de vacaciones a otra localidad y saborear el gusto de la humillante derrota cual neófito jugador.   Por estos lares, muchos recordamos la escuela de " Las Vegas ". Quien aprendió a jugar en aquellos enormes campos de juego con aquellos muñequitos  de calamina con los p...