Aquellos chalados en sus locos cacharros

Verano de 1989, con el patín en pleno auge. Las tiendas de skate se comenzaban a multiplicar y ante la masiva invasión de patinadores por las calles de Santander, el Ayuntamiento se decidió a construir una rampa.

Se trataba de un half pipe ("U" como se la denominaba por estas latitudes). Se decidió ubicarla en el Sardinero, en el aparcamiento del Parque del Dr. Fleming.

Para la inauguración por todo lo alto se decidió traer a la Bones Brigade, el equipo de skaters de "Powell Peralta".

Los que tuvimos la suerte de poder acercarnos hasta allí pudimos disfrutar con la exhibición de Lance Mountain, Rai Barbee, Mark Saito, Kevin Harris...

La rampa tenía algunos fallos de diseño y recuerdo el descontento de los patinadores que a pesar de que se lo estaban tomando bien y entre risas, les impedía poder dar de sí todo lo que habría sido lo deseable.

Más adelante esta rampa se trasladó al parque de La Marga, también en Santander y una nueva rampa con algunos errores corregidos sumada a un plano inclinado y un quarter de metal fueron instalados a escasos metros de esta primera, en el aparcamiento del campo municipal de futbol del Sardinero.

Aun conservo el recorte de prensa del anuncio del evento.

Por aquel entonces mi padre tenía una cámara de videoaficionado y aprovechando su pasión por el hobby le pedí que si podía grabar el evento a lo que acudió encantado.

Andaba esta película rodando por casa en una cinta de VHS y aprovechando que me hice con una tarjeta digitalizadora, he convertido la grabación y la he subido a la red.

La calidad es escasa, pero dado su valor, me ha parecido interesante compartir el momento. La música de fondo también deja que desear, pero dadas las exigencias de Youtube con los derechos de autor, he tenido que tirar de recursos sin copyright.
 

Los jóvenes de otras localidades también queríamos que el Ayuntamiento nos construyera pistas para poder patinar. Por Reinosa también comenzamos con nuestras reivindicaciones. Recuerdo reunirme en varias ocasiones con el alcalde para hacerle llegar nuestras peticiones. Hicimos varias manifestaciones y como recuerdo de aquello ha quedado la pancarta de la foto que nos ayudó a pintar el dueño de una tienda de deportes local.

Finalmente el consistorio accedió a construirnos un pequeño skatepark. Para ello le dimos unos planos en papel cuadriculado técnico que realizó un patinador local que por aquel entonces comenzaba sus estudios de arquitectura.

Para su confección se recurrió a la Escuela Taller de Reinosa, una casa de oficios en la que los jóvenes aprendían una profesión.

Si bien es cierto que se siguieron los planos, la escala reducida y algunas improvisaciones no dieron los resultados esperados, pero bueno, esa es otra historia.

Tengo que agradecer a todos los protagonistas de esta historia por hacer que fuera posible y por los buenos momentos que pasamos.

Sk8 or die!