lunes, 4 de junio de 2018

El desafío del águila

Este artículo podría considerarse la continuación del que hace algún tiempo dediqué en este blog a la pirámide existente en el puerto del Escudo:
http://www.chivuco.com/2016/05/la-piramide-del-puerto-del-escudo.html

A escasa distancia de allí y dentro del mismo periodo histórico se yergue un monumento que también tiene que ver con la exaltación del bando ganador del conflicto bélico surgido tras el golpe de estado militar del 18 de julio de 1936.


El Águila de la Columna Sagardía.


Entre el punto kilométrico 73 y 74 de la N623, en el puerto de Carrales, cercano al límite entre la provincia de Burgos y Cantabria podemos encontrar un impresionante águila de mármol  cuyo acceso está presidido por dos columnas de piedra.

La estatua fue inaugurada en 1962, en honor de la Columna 62 del cuerpo del ejército de Navarra y su máximo mando, el general Sagardía, fallecido ese mismo año.


 En el conjunto monumental podemos ver algunos escudos con la inscripción 62D, que hacen referencia a la fracción militar homenajeada.
La base de mármol negra cuenta con varias inscripciones. Algunas referentes a los promotores de la obra, otras a los homenajeados y la constante consigna del régimen "Presente".



En la actualidad, el estado de abandono y deterioro que presenta la obra resulta sorprendente. Al igual que sucede con la Pirámide del Puerto del Escudo, nadie se ha atrevido a demoler, pero tampoco a realizar labores de mantenimiento.

A día de hoy, persistiendo en el incumplimiento de la ley que prohibe la exaltación del levantamiento militar, la guerra civil o la represión de la dictadura del general Franco, el águila resiste el envite de las inclemencias meteorológicas y las visitas de personas que por su cuenta y con sus propias manos buscan borrar la ignominia.  



Veamos, para tener la suficiente perspectiva de la ofensa que supone la permanencia de este estandarte, quien fue el general al que hace honor:

Antonio Sagardía, fue un militar que se sumó a la sublevación contra el legítimo gobierno de la II República española. Al mando de la 62 División formó parte de las batallas que entre agosto y septiembre de 1937 se desarrollaron en el norte la provincia de Burgos así como en el asalto al puerto del Escudo y la entrada militar en Santander.

Del mismo modo participó activamente en varias ejecuciones no muy lejos del lugar donde hoy se mantiene el águila.
En el Km. 14 de la carretera de Covanera fue responsable de varios fusilamientos y en la Torca Palomera (Mozuelos de Sedano), las tropas a su mando arrojaron varios represaliados asesinados. Aun hoy, la sima permanece inexplorada, pero se calcula que 40 cadáveres reposan a 60 metros de profundidad bajo una montaña de basura.

La represión que sufrió esa zona fue monopolizada por la Columna Sagardía y sus jóvenes falangistas voluntarios de los que básicamente se nutría.
Con posterioridad a estos hechos, el alto militar continuó sembrando terror por tierras catalanas. Arbitrariamente y con feroz crueldad, 67 personas de Sort de entre las que se podrían contar mujeres, ancianos y niños fueron fusiladas. Fueron conocidos como "Los santos inocentes".

El 30 de marzo, a la conquista de la ciudad de Alcalá de Henares por la Columna Sagardía, le sucedieron episodios de exilio, cárcel, clandestinidad y fusilamientos.

Resulta difícilmente imaginable que crímenes contra la humanidad como los señalados tuvieran un lugar destacado en el imaginario colectivo de países que también sufrieron la invasión del fascismo, como Francia, Alemania o Italia.
Aquí, aunque tarde fue aprobada una tímida ley que pretendía resarcir el daño cometido a quienes fueron víctimas de la acción de la insurgencia militar, la guerra y su posterior periodo dictatorial. A pesar de ello, todavía podemos ver repartidos por toda la geografía, un gran número de escudos, placas, calles o monumentos como este que ensalza y glorifica ese periodo histórico.

Aun deberemos esperar a que de quienes depende, hagan que el sentido común impere,  que la legalidad vigente se cumpla y que aunque con retraso podamos borrar la semilla del odio.



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