martes, 16 de octubre de 2012

Otros tiempos

Tras la importante pérdida patrimonial que ha supuesto la destrucción de todos los molinos existentes sobre las aguas de nuestros ríos, sin ni siquiera dejar huella o rastro, la desaparición de todo vestigio histórico local se viene desarrollando a lo largo de los años como un continuo goteo.

El paisaje peculiar que definía Reinosa se ha visto reemplazado por sucedáneos  productos de catálogo estandarizados o simplemente, destruido.
Veamos algunos ejemplos y que al menos sirvan como homenaje a algunos de los rincones que durante nuestros años pasados pudimos disfrutar. 

En este caso, haré mención a los ornamentos metálicos desaparecidos, en peligro o sustituidos por otros de peor calidad.



Realizadas a principios del siglo XX por el herrero de Villacantid, las forjas que adornaron los respaldos de los bancos de Cupido sufrieron una serie de traslados que hicieron mermar su número hasta su completa destrucción y abandono.
En un primer momento, estos herrajes adornaron los asientos del paseo del cementerio (Campo de los vagos, como fue conocido popularmente hasta convertirse en el actual simplón paseo de San Francisco). Otros fueron a parar a algún depósito municipal y el resto a los bancos del parque frente a la Iglesia de San Sebastián. Con posterioridad, al ser sustituidos por los actuales de moldería, estos fueron amontonados en el antiguo ferial de ganado y actualmente desconozco su paradero, pero dado el estado en el que se almacenaron, es muy probable que sea imposible su restauración.
Como se puede apreciar en la foto superior, existen diferencias claras con sus predecesores. A diferencia de los anteriores discos con el escudo local, fabricados, al parecer, en plomo; estos, tanto en su acabado como en su calidad, dejan bastante que desear.



Otro caso de forja sustituida por moldes de "corta y pega", ha sido el de la valla que delimita el perímetro de la conocida como "La casa de Alfa", el edificio que alberga las oficinas de Hacienda. Todo un ejemplo de estilo modernista de principios del siglo XX reemplazado por una sucesión de piezas unidas con electrodo.



Nuestro trágicamente desaparecido Mercado de abastos también estaba dotado de unos interesantes herrajes.
Este edificio de construcción sencilla, víctima de las llamas que consumieron casi por completo su estructura de madera, nos dejó, a modo de recordatorio de su temporal existencia varias piezas metálicas con el año de su inauguración.



Poco después del desescombro de las ruinas, todo el metal del otrora mercado, fue a parar a una chatarrería local. No así uno de los elementos referidos de la forja con la numeración, que ha ido a parar al muro del jardín de una casa particular de Reinosa.
Al menos, para la edificación del nuevo edificio construido sobre el solar, se han recuperado parte de las sillerías, para que una vez troceadas las piedras y colocadas revistiendo muros sirvan de nexo con el pasado. 



Tras la reforma del edificio de "La Casa de las princesas", a principios del pasado siglo para albergar una sucursal del Banco Hispano-Americano, se incluyeron medallones en sus rejas con las caras de los reyes católicos.
Hoy, propiedad de un conocido hostelero local, a pesar de haber estado catalogado dentro del plan de urbanismo local como edificio protegido, ha sido declarado en ruina y derribado. De este modo hemos visto desaparecer en su práctica totalidad este edificio cuyo origen parece remontarse al siglo XV (con bastantes reformas y añadidos posteriores).


La Casuca Ascensión albergó la vivienda de Ramón Sanchez Diaz. Tras la toma del poder por los fascistas, la casa fue ocupada por Falange Española para albergar allí su sede. Posteriormente, la familia del escritor consiguió recuperarla y fue donada a la Diputación Provincial de Cantabria para que en 1954 se abriera la que fue la primera casa de cultura del estado.

La posterior ampliación de la Casa de la Cultura Sanchez Diaz frente a este primigenio edificio, hizo que cayera en desuso y tras el paso por sus plantas de alguna asociación deportiva y cultural, la falta de conservación obliga a su abandono.

Una reciente partida presupuestaria ha servido para reforzar parte de su cimentación y poco más, habiendo dejado durante una larga temporada el edificio desprovisto de cubierta.

El escaso cuidado con el que esta siendo tratado el edificio, con daños en todos sus elementos originales, está haciendo que cada vez sea más difícil hacer una digna recuperación de él.



lunes, 15 de octubre de 2012

Aluminio sobre aceite y agua


Cámara: Canon 50D
Tiempo de exposición: 1/180''
Diafragma: f/5,6
ISO: 400
Distancia focal: 47mm.
Tratamiento digital: Adobe Lightroom 3 y Picasa.

domingo, 14 de octubre de 2012

Pantano de Aguilar


Construido en 1963 y con una capacidad de 247Hm3. A día de hoy, este pantano, en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, tan sólo tiene acumulados 23Hm3. lo que representa el 9.32% de su capacidad.
Resulta interesante acercarse por allí y ver al descubierto zonas que tan sólo en ocasiones excepcionales como esta, podemos contemplar.



En la parte alta de la presa, dos enormes cilindros de hormigón, desde los que se ha dispuesto un mirador nos permiten unas fantásticas vistas.
Allí también, al más puro estilo veneciano, algunas parejas han dejado un recuerdo de su amor.

viernes, 5 de octubre de 2012

El rosario de la fuente

Disfruten con las imágenes que acompañan al artículo, pues serán las últimas que den testimonio de la Fuente de la Aurora en el emplazamiento y en el estado en el que la hemos conocido desde siempre.

Dentro del plan de reordenación del tráfico rodado, la creación de una rotonda en la confluencia de las calles de entrada a Reinosa ha causado que el centenario icono campurriano haya sido reubicado.

El cuidado con el que ha sido tratada la fuente no se diferencia mucho al dado al ya maltrecho patrimonio histórico reinosano. Las losas de piedra talladas, por donde caía el agua procedente del caño, han sido "desmontadas" con la finura y suavidad que otorga un martillo neumático. Una hendidura realizada a base de cortafríos en el centro del pilar principal y unos calzos realizados con tacos de pino para que todo su perímetro no se desmorone, dan buena cuenta del cariño con el que ha sido realizado el procedimiento.


Se desconoce con exactitud la fecha de creación del monumento, a pesar de que algunos historiadores la sitúan bajo el reinado de Carlos III, hacía 1700. Otras fuentes consultadas, nos muestran 1841 como la fecha más probable de su erección.

En un primer momento el Ayuntamiento de Reinosa había previsto la construcción de dos fuentes con cargo a una subvención de la Diputación Provincial presupuestadas en 12.539 reales y 19.614 reales cada una de ellas (1).
Por algún motivo sólo se dispuso la construcción de la situada en el barrio de la Pelilla. Esta, ubicada en la entrada al municipio, fue una tradicional aliada de los viajeros que transitaban por el Camino Real con mercancía procedente de Castilla hacía su salida por mar.

En un primer momento esta fuente fue conocida como "Fuente Fatiga", en virtud del arroyo que alimentaba sus cuatro caños, procedente del manantial que atravesaba el prado fatiga, sobre el Barrio Mallorca.
Con posterioridad, la costumbre de la comitiva del rosario de la aurora de girar frente a la Iglesia de San Roque en su retorno a la Parroquia de San Sebastián bordeando la fuente, hace que se renombre con el actual apelativo.

La toma de agua para abastecerla suscitó un litigio entre el consistorio y José de Mioño, propietario del molino de La Pelilla (ubicado junto a la desaparecida fábrica de cervezas y gaseosas de Cantón). Este empresario alegaba que se le habían estrahido (sic) parte de las aguas que iban al río Pelilla, de las que se beneficiaba este molino (2).

En su origen la fuente fue coronada por una bola de piedra y posteriormente sustituida por varios tipos de luminarias. En la actualidad, la cicatriz del cable que la atravesaba longitudinalmente ha sido remendada y una bola ha vuelto a coronar el surtidor.

Fue también víctima de una significativa pérdida de altura al ser bordeada por una acera que la hizo "mermar" varios centímetros.
El resto de deterioros que ha sufrido, los debemos achacar a la falta de cuidados y mantenimiento. Entre ellos, el desgaste de las piedras de la base del monolito debido a la erosión y al musgo acumulado serían los más importantes. Pintadas con spray y parches de cemento en algunas juntas han rematado su desaseado aspecto.
Sólo nos queda esperar que su traslado, la otorgue un mayor protagonismo y que a partir de este momento, en su nueva estancia sea compañera de futuras generaciones campurrianas y sacie la sed de nuestros visitantes.


(1)Boletín Oficial de Santander nº 38, de 11 de mayo de 1841.
(2). Archivo Histórico Provincial de Santander, sección protocolos, legajo nº 4292, f. 314 y ss.

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