Su motor de dos tiempos la hace más ineficaz, ruidosa y contaminante que otras motos. Por contrapartida, cualquiera con un poco de tiempo e interés, puede meterle mano a su motor sin demasiadas complicaciones. Su mecánica popular convirtió a estos vehículos en las décadas de los 60 y 70 en un medio de desplazamiento fiable y bastante económico.
No más de cuatro o cinco patadas a la palanca de arranque fueron las necesarias para hacer que su motor comenzase a sonar de nuevo. Un poco de combustible y buena compañía son el resto de ingredientes para pasar una divertida jornada scootera (Eso sí, a la velocidad que te permite disfrutar del paisaje y gozar del viento pegando en la cara).
Música de fondo: "The real me" by The Who (Quadrophenia)