miércoles, 5 de marzo de 2008

Una huella poco profunda

A pesar de que hace ya bastante tiempo que no veo la adaptación cinematográfica de "La huella", y me refiero a la fabulosa obra de Joseph L. Mankiewicz, aun mantengo tan buen recuerdo , que la sola comparación con la versión de 2007 a cargo de Kenneth Branagh, me revuelve el estómago.

Basada en una obra teatral de Anthony Shaffer titulada "frenesí" y con la participación de Laurence Olivier y Michael Caine, en el año 1972 se crea una obra maestra, La huella.


Tan sólo dos caballeros ingleses aparecen en tan fantástico film. Uno de ellos Sir Caine, quien forma parte de mis actores favoritos, incluso en su larga lista de películas de bajo presupuesto por quien tanto la crítica le ha machacado.

Si por algo es de criticar Mr. Caine, es porque se haya prestado a interpretar, esta vez al adinerado y resentido millonario del remake de fecha reciente.

No contento con haber limado hasta el minimalismo a los personajes de la nueva "versión", habiéndoles privado del carácter personal interesante que pudimos ver en la adaptación original, Branagh se encarga de darle un final carente de toda ironía, toda intriga y la duda que nos pudo generar el desenlace de la primera.

Parece ser que a pesar de referirse a las libras como moneda de cambio y darle un supuesto escenario británico, el toque estadounidense de esta, rezuma efectismo yankee por todos lados.


Saludos y comedias, así en el cine como en la tierra.

El demonio rojinegro.

Game Over

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